El documento notarial: del siglo XII a la Inteligencia Artificial” del 12 al 21 de mayo, en el Rectorado de la Universidad de Málaga.
Comisario de la Exposición: Plácido Barrios Fernández, notario de Alcalá de Henares.
Un recorrido por la historia del notariado a través de los protocolos, abarcando documentos relevantes de distintas procedencias: desde el Registro de Pere Portell de 1299, primer registro notarial completo del Archivo de Barcelona, hasta nuestros días, con la Inteligencia Artificial.
En el camino, documentos de personajes históricos (testamentos de Isabel la Católica o de Lope de Vega), relativos al Descubrimiento (apertura del testamento de Hernán Cortés, acta del depósito del cuerpo de Cristóbal Colón o contrato de Juan de la Cosa), o de las tres culturas que convivían en el solar hispano (capitulaciones matrimoniales en hebreo o gastos para obras en el Generalife). Aparece en fin el pueblo llano, auténtico gran protagonista de la labor notarial: desde una carta de parto para evitar la suplantación del nacido hasta la exigencia del futuro marido de que su mujer fuera doncella, pasando por los marginados (esclavos, moriscos).
Del siglo XX, el testamento del anarquista Ferrer Guardia o los planos de Gaudí para el Parque Güell incorporados a un censo. Igualmente, un protocolo especial de protestos, muestra del importante papel que la letra de cambio tuvo para la financiación en masa.
La querida Isla de La Palma del mismo modo tiene un hueco en la exposición con el acta notarial del asedio de Francis Drake en 1583.
Espacio hay para dos actas notariales seguramente inéditas que se muestran al público por vez primera: acta de incidencias electorales autorizada por Joaquín Costa, notario de Madrid en 1895. El acta, escrita de propia mano por el genial aragonés, tiene indudable interés político, pues en él aparecen Francisco Silvela, Fernández Villaverde o el hermano de Romanones. La otra, también de interés político y local: acta de la visita que un delegado de la Junta Directiva del Colegio Notarial de Granada gira al pueblo de Colmenar (Málaga) el 20 de febrero de 1937 dando cuenta de la destrucción prácticamente total de los protocolos -se salvan solo cuatro escrituras- a instancia del notario del lugar que, según se hace constar, se salvó “por encontrase ausente en uso de licencia”.
Colofón de la muestra es el apartado de “Documentos de Pandemia”, de desgraciada actualidad, en el que desde Málaga incorporamos un certificado de escribano acreditativo de que la ciudad está libre de la peste o la referencia al pago de los gastos de limpieza de la misma para luchar contra esa terrible enfermedad. También la odisea –referida a fe notarial- de un barco que zarpando desde Sevilla y afectado por el cólera acaba sin tripulación que le gobierne. Leyéndola podemos pensar que, como la historia a la novela, la realidad notarial supera muchas veces a la ficción.
Se ha dicho que la auténtica historia debe buscarse en las notarías: esta muestra creemos que lo corrobora fehacientemente.
Plácido Barrios Fernández, Comisario de la Exposición